jueves, 26 de abril de 2012

¿Qué relación hay entre viajeros y la música?

Acabo de terminar de limpiar mi pisillo. Le hacía falta. Hoy tenía día de descanso y he aprovechado para darle al tema. Cuando limpio, siempre me pongo Spotify y escucho mis listas de música.

Es curioso, pero mientras le daba a la aspiradora por aquí y por allí, toma que toma, me venía a mi cabeza la curiosa relación que hay con la música y mis compañeros de profesión. Resulta que hay un nexo que aun no concibo a entender su origen, pero ahí está.

Le doy un repaso a la geografía andaluza y pienso que mi querido Kike Parra, es cantautor, cuando no está viajando por estos mundos del Señor por cuestiones laborales representando a su amada Almería, está tocando con su grupo por los garitos de su provincia. También está José Antonio, que con su mujer se ha hecho tours de conciertos de los grupos que tanto les apasionan, como con el Boss o The Cure y con una cultura musical abrumadora, sobre todo de la década de los 80.

En Granada está Carmen, Soprano, todo el día escuchando ópera, su gran pasión. Y qué decir de Raúl, melómano empedernido, ha colaborado en programas musicales de radio y tiene una habitación llena de CD's de música. Aun tengo pendiente con él acudir a un concierto, ya que dos veces con entradas compradas por una causa u otra no pudo acudir y no pudimos disfrutar juntos de esos directos en Barcelona y Londres.

En Córdoba me acuerdo de Susana, apasionada de la música electrónica, DJ aficionada y la he visto presente en muchas fiestas de Ibiza al lado de los grandes de este género, disfrutando de su música. Paco, uno de los grandes de esta profesión, que por desgracia se nos jubiló el año pasado, es tuno.

En la Costa del Sol tenemos a Mano, de la mítica saga de los hermanos Soler, profesor en Les Roches Marbella y batería en su grupo, Natura.

En Huelva me acuerdo de Fran, otro apasionado de la Ópera, que cuando no está de aquí para allí promocionando la Provincia de Huelva, está en el Coro del teatro de la Maestranza en Sevilla dándolo todo.

En Sevilla tengo a mi amigo Gorka, enamorado de la guitarra española, que estuvo en el conservatorio hasta cuarto.

Y en Cádiz están dos grandes. Adri, carnavalero de pro, aficionado al flamenco, guitarrista y cantante y luego está Antonio un gigante para el que la música es el aire que respira. Tiene un pequeño estudio en su casa, toca todos los instrumentos, compone, arregla canciones, canta de maravilla y colecciona todos los cacharros por los que se pueda hacer música.

Algunos de ellos nos reunimos dos veces al año en alguna parte de Andalucía para descansar y estar entre amigos y siempre está presente la música. Si no es uno tocando y cantando, es otro. Para muestra, aquí tenéis un botón:


Sigo dándole a la encimera de la cocina y escucho una canción que me hace recordar un momento en un lugar. Creo a todos nos ha pasado, no? Es escuchar una canción y zas! te recuerda un viaje, un momento, un estado...

A mi me pasa mucho que relaciono algunas canciones con viajes que he hecho. La más antigua que recuerdo así es "I'm Scatman" que sonaba y resonaba en un viaje de intercambio que hice con mi instituto a Copenhague. Allá donde íbamos, sonaba esa canción. Ahora es escucharla y pum, me veo en el Tívoli, o recordando la primera vez que probé la cerveza (y me gustó) en el Puerto o fotografiando la Sirenita.

Otro momento que recuerdo es cenando en París con compañeros de trabajo después de una estresante jornada laboral en un restaurante alternativo de Montmartre, donde en el ambiente sonaba un disco que me tenía embelesado, hasta el punto que le pregunté al camarero qué grupo era y él me dijo que era "A mouthful" del grupo The Do.

Como esa canción, tengo muchas relaciones, pero hay una que destaca sobre todas:


Siempre me recordará a un momento, el verano del 2002. Acababa de terminar la carrera y estaba aun por determinar qué hacer con mi vida. Imaginaros el trauma, se cerraba una etapa de mi vida en la que me había llevado toda una vida estudiando y comenzaba otra aun incierta, la etapa laboral. Llevaba un mes haciendo un curso de italiano en el sur de Italia y varios amigos aprovechamos para irnos a Sicilia unos días.  Como estudiantes que éramos, dormíamos en las playas y, una noche, a las faldas de un templo griego en Marina di Selinunte, después de un baño nocturno en la playa con todo el grupo de amigos, yo me estaba tomando una cerveza mientras se duchaban mis amigos en unas casetas de un chiringuito donde sonaban las canciones del disco "Zooropa" de U2 y escuchando "Stay (faraway so close)" me dije dándole un sorbo a una birra Moretti y mirando al cielo estrellado: "No se qué coño pasará con mi vida cuando vuelva a España, pero ahora no puedo ser más feliz"
Luego volví a España y el trauma no fue tan grande, aquí estoy diez años más tarde, con muchísimas experiencias más vividas y disfrutadas. Todo cambio puede conllevar una incertidumbre, pero hay que enfrentarse a ello con determinación y sin arrepentirse de las decisiones que se tomen.

La música puede ser un conducto, un cable, el camino que te lleva a revivir momentos trascendentales, la que nos lleva a rememorar nuestras vivencias o transportarte con tus recuerdos a los lugares que visitamos... por eso creo que su relación con personas que viajan es tan grande. La música te ayuda a recordar el camino con uno mismo y es quizás, lo único que nos puede hacer viajar en el tiempo...

1 comentario:

  1. Muy bueno Javi, tienes razón, hay canciones o composiciones que te trasladan de inmediato a otros tiempos, momentos, recuerdos de personas.... aunque sean de mucho tiempo atrás.
    También pasa con los olores y aromas, que te retrotraen a sitios y vivencias del pasado (vacaciones de niño, comidas, personas y sus perfumes....) el olfato es un sentido poco usado que hace brotar de forma impactante recuerdos y sentimientos

    Un abrazo

    Miguel Ángel Llorente

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