lunes, 13 de febrero de 2012

Cosas que cuestan muy poco y hacen mucho

Estaba volviendo a Sevilla, regresando de trabajar en el Salon des Vacances de Bruselas cuando todo indicaba que iba a ser uno de esos días que mejor me hubiera quedado en la cama...

Venía de llevarme varias noches pasando frío a -10ºC, con la calefacción estropeada en el hotel, deseando volver a casa, pero teniendo en mente la semana de polvo acumulado que me tocaba limpiar en mi piso y de la constructora de mi bloque, que llevaba un mes para hacerme una pequeña reparación y para pintarme (aun hoy estoy esperando...) Cojo el taxi al aeropuerto internacional de Bruselas y a medio camino, un accidente, el taxi parado diez minutos. Menos mal que iba con tiempo. Facturo la maleta y tras pasar el control, paseo laaaaaargo hasta llegar a la puerta de embarque (aquellos que conozcan el aeropuerto de Bruselas sabrán a qué me refiero)

Retraso del vuelo.

La conexión en Madrid para Sevilla peligra, tengo algo más de una hora entre vuelo y vuelo, pero bueno, estoy con los compañeros canarios, gallegos y andaluces que también esperan y pasamos un buen rato. De repente, sms de mi madre: "me traerás un regalito, no?" Mierda.

Me acuerdo que en el paseo hasta la puerta de embarque he visto una tienda donde venden bombones de Godiva y voy corriendo a comprar una cajita, ya que madre no hay más que una y la mía se merece eso y más.

Al poco de volver comienza el embarque. Al haber retraso de una hora se hace con prisas y claro, son malas consejeras y no se sabe por qué, se atasca la cola de pasajeros que se disponen a embarcar. A los diez minutos del parón, los que estaban en el finger se tienen que volver a la puerta de embarque del frío que estaban pasando. Termina el problema que provocaba el atasco y embarcamos de nuevo. Me coloco en mi sitio y lo de siempre, mido 185cms y las rodillas pegadas al asiento delantero, rezando porque el de delante no eche el asiento para atrás... Comienza la maniobra de despegue y el Comandante se disculpa por el retraso debido al viento de cara soportado en la ida y que esperan recuperar tiempo a la vuelta ya que ahora va a favor.

No paro de mirar la hora, "que no llego!" Aterrizamos en Madrid a media hora del embarque de mi conexión. Se me hace eterna la maniobra de "aparcar" el avión, "que no llego!" Encima veo que el avión no va a ningún finger, que tenemos que bajar del avión y coger un bus lo que retrasa más el tema. 15 minutos para el embarque de mi conexión. Asumo que la maleta no llega conmigo a Sevilla. me meto en el autobús y nos lleva a la terminal. Lo siguiente, la puerta de embarque estaba en la oooooootra punnnnnnnnnta de la T4!!!! Toca correr, carrerita por la terminal con la lengua fuera hasta que por fin llego a la puerta de embarque siendo el último. Cuando pasan mi tarjeta de embarque por el escáner suena un pitido inusual, "piiiiiii",
- un momento caballero, parece que hay un problema...
- Sí, que la maleta no me va a llegar, no?
- Efectivamente, por favor cuando aterrice vaya al mostrador de (todo el mundo sabe qué compañía) y haga la pertinente reclamación.
- No se preocupe, estoy acostumbrado, muchas gracias.

Y por fin entro en el avión con una cara de mosqueo que cuando me saluda el Comandante de una manera afable ni le miro a la cara, cosa que no suelo hacer. Tomo asiento y lo de siempre, el asiento delantero clavado a mis rodillas. No os puedo reflejar en estas líneas el cabreo que tenía en ese momento, después del día que llevaba, que ni me había dado tiempo a poder almorzar siendo las cinco de la tarde y habiendo desayunado a las ocho de la mañana.

El avión despega y cuando termina la maniobra el comandante coge el altavoz y dice lo siguiente (intento transcribir lo más literal que recuerdo)

- "Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero"

 A lo que os podéis imaginar la cara que se nos queda al pasaje entero y las caras serias se transforman entre sorprendidas y con una sonrisa, incluida la mía.

- "Buenas tardes estimados pasajeros, bienvenidos a bordo del vuelo bla,bla, Madrid - Sevilla, con la compañía tal en código compartido con las compañías tal y tal. Nos encontramos ya en dirección a Sevilla. Sevilla, ciudad inspiradora de poemas como el que he recitado del universal Antonio Machado. La temperatura que nos espera allí es de 20ºC, es decir: MA - RA - VI - LLO - SA y qué puedo hablar de ella que nadie sepa ya. Espero que disfruten del vuelo y de esta ciudad MA - RA - VI - LLO - SA".

El pasaje al completo riendo y con una sonrisa en los rostros. El mosqueo se me habia pasado en un instante. No contento con ello, en la maniobra de aterrizaje vuelve el comandante a hablar:

-"Estimados pasajeros si miran a su derecha podrán ver la bella localidad de Carmona. Ciudad milenaria, fundada por los cartagineses, donde han pasado todas las civilizaciones como romanos, árabes, cristianos...disfruten de sus monumentos, como la necrópolis, de sus iglesias y conventos, el Parador y las maravillosas vistas de La Vega. Bueno, que no les digo que es MA - RA - VI - LLO - SA por no repetirme"

Os podéis imaginar las risas en el avión y los comentarios como "pásate por Coria y me lo explicas, Miarma!"

A la salida, todo el pasaje felicitó al comandante entre risas y buen rollo.

¿Mi mosqueo? Totalmente olvidado.

El piloto hizo por la promoción del destino Sevilla más que mucha publicidad y planes de marketing juntos.

¿Qué trabajo cuesta hacer este tipos de cosas? Nada
¿Qué beneficio da? Mucho